London tech: El boom del “Silicon Valley” inglés
Con más de un centenar de potenciales nuevos unicornios, la escena tecnológica londinense es una de las más dinámicas del mundo, superada solo por Silicon Valley. La cuarentena y la recesión no ha frenado su crecimiento.
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Buscas un departamento para alquilar en Zoopla, pides comida a domicilio en Deliveroo o Just Eat, haces tus transferencias al extranjero en Transferwise. ¿Tarjetas de presentación? Seguramente las imprimiste en Moo.com. Compraste tus últimos muebles en Made.com, tu nueva cuenta bancaria es con Revolut, y cuando -entusiasmado por el alza de las bolsas- te animaste a comprar acciones, abriste una cuenta en Etoro. Esto es algo común en la vida de un joven en Reino Unido.
Todas estas empresas tienen varias cosas en común: funcionan desde el smartphone, han alcanzado o están por alcanzar la categoría de unicornios (valoradas en más de US$1 mil millones); y son o han sido parte del programa “50 firmas del Futuro” de TechNation, que patrocina el gobierno británico.
Es solo una de las iniciativas. También está TechUK, y en Londres el gobierno local patrocina la economía digital a través de London&Partners.
Lo cierto es que programas de apoyo, públicos y privados, abundan y no solo en Londres. TechNation registra 36 mil startups en todo Reino Unido, de ellas 17 mil en Londres. El sector emplea a nivel nacional casi 3 millones de personas, y en 2019 creció seis veces más rápido que cualquier otra industria.
Con más de 120 empresas listas para sumarse a otras 77 ya en categoría de unicornios, y una activa industria de capital de riesgo, Londres se ubicó segundo en el último ranking de mejores ecosistemas para startups, empatada con Nueva York, y solo detrás de Silicon Valley. En la lista que elabora Startup Genome, Londres supera a Beijing, Los Ángeles y Shanghái. Por cierto, Sao Paulo (en el puesto 30) es la única ciudad latinoamericana en el ranking.
Gran cantidad de talento, experiencia y capital, son las claves de los tres ecosistemas que encabezan la lista este año. Según los autores del ranking, más aún después de la pandemia, la creación de ecosistemas tecnológicos son la “nueva política industrial”.
Un partner de respaldo
Thriva es una de las empresas que se ha beneficiado de este ecosistema. En medio de la pandemia, cuando en Reino Unido se publican a diario noticias de despidos, Thriva está contratando. Esta startup de salud es un retrato del rápido crecimiento que ha tenido la escena tecnológica en Londres. Fundada en 2016, ya han recaudado unos US$18 millones en tres rondas, la última en mayo pasado, en medio de la cuarentena. Thriva promete crear el primer servicio preventivo de salud, ofreciendo test de sangre caseros. Con un simple pinchazo en el dedo se puede medir desde colesterol, problemas a la tiroides u hormonales. La prueba se envía por correo y en 48 horas se reciben los resultados con una explicación y consejos redactados por médicos certificados. El costo promedio es de $73 mil pesos por test.
La empresa procesa unos 10.000 exámenes mensuales, solo de consumidores directos. Además, analiza “muchos más” para otros prestadores de salud. Thriva llegó a los titulares en medio de la cuarentena, después de que fuera contactada por el primer ministro Boris Johnson y representantes del servicio nacional de salud (NHS) para ampliar su cobertura y servicio, con test de Covid-19 en mente.
“La verdad es que hemos tenido suerte, y somos unas de las empresas que ha crecido en los últimos meses. Nuestros planes se han acelerado, en parte porque la pandemia ha creado más conciencia en los consumidores de empoderarse en el control de sus cuerpos y salud”, explica a DFMAS el CEO y uno de los tres fundadores de Thriva, Hamish Grierson.
Entre enero y junio, Thriva participó junto a otras 29 firmas de la quinta versión del programa Upscale de TechNation. Como explica esta institución, este programa ayuda “a las empresas tecnológicas más prometedoras del Reino Unido” a acelerar su crecimiento.
“Ha sido genial. El programa nos ha ofrecido soporte y capacitación en internacionalización, levantamiento de capital y marketing. Pero gran parte de todo es el apoyo entre todos los emprendedores. Es sorprendente lo común que son algunos problemas que todos enfrentamos. Ha sido una iniciativa muy útil”, explica Grierson.
El respaldo de un programa público como TechNation también es importante en un ambiente con inversionistas más conservadores, si bien no asegura recibir inversionistas, sí ayuda a la reputación de la startup.
“Hay una gran verdad, y que la puedes escuchar fácilmente entre los emprendedores de este lado del charco, y es que la profundidad y abundancia de capital que hay en la costa oeste y este (de EEUU) hace que haya más voluntad de invertir, sin tener gran claridad de cuáles serán los retornos. Mientras en Silicon Valley un inversionista te pregunta: ‘Ok, ¿cómo vas a cambiar el mundo?’, acá y en Europa la primera pregunta es cuál va a ser tu ratio de capitalización en 12 meses o ahora mismo”, explica Grierson.
Humildes inicios
Thriva también es una de las residentes del East Roundabout, como se denomina al sector donde floreció la escena tecnológica en Londres. Pero sus inicios no fueron tan humildes. Grierson y sus socios, Eliot Brooks y Tom Livesey, ya trabajaban en Fintech cuando decidieron crear su nueva empresa.
La historia dice que la escena tecnológica londinense comenzó en un ruinoso edificio de ocho pisos. El dueño del Transworld House, ubicado en la esquina de Old Street y City Road, al este de Londres, tenía planes de demoler el edificio. Por eso dejó que ingenieros, diseñadores, publicistas, creativos, soñadores, se instalaran en él por unas pocas libras al mes. Algunos no solo trabajaban, también vivían, o más bien, acampaban ahí.
Tweetdeck, Moo.com o Last.fm surgieron ahí. Pronto, y a modo de broma, el sector se denominó “Silicon Roundabout”. Sin embargo, los primeros emprendedores que se asentaron en la zona no buscaban imitar a sus pares de San Francisco, sino un lugar barato para crear, en una de las ciudades más caras del mundo.
Era 2008-2009. La poderosa industria financiera británica había colapsado en la gran crisis. En medio de la recesión, la creatividad de estas empresas, ubicadas en una parte olvidada de Londres, llamó la atención del gobierno. En 2010, el primer ministro conservador, David Cameron, anunció el lanzamiento de Tech City para fomentar la industria. Emprendedores fueron invitados a rondas de negocios internacionales y conferencias inversionistas extranjeros, todo organizado por el gobierno.
El lobby de altas autoridades y la audacia de varios emprendedores comenzó a atraer a grandes nombres. Para 2012, Google inauguraba ya su London Campus para startups.
El siguiente impulso llegó del entonces alcalde de Londres, Boris Johnson, quien en marzo 2014 lanzó el London Tech Ambassadors Group, con la meta de hacer de esta ciudad “la capital tecnológica del mundo”.
Aún por debajo de Silicon Valley, Londres sí es el corazón de TechNation, programa que, desde abril 2018, por decisión del entonces gobierno (también conservador) de Theresa May centraliza los esfuerzos para impulsar la escena tech no solo en Londres, también en otras ciudades, como Manchester o Birmingham.
“La tecnología juega un papel cada vez más importante en todos los sectores, como lo demuestra la gran historia de la tecnología en el Reino Unido, ofreciendo oportunidades para los inversionistas y empresas que buscan exportar en sectores como salud, finanzas y educación”, afirmó Gerry Grimstone, ministro para las Inversiones, en el lanzamiento de la London Tech Week, que se realiza hasta el 11 de septiembre.
La pandemia golpea… por ahora
Esa conferencia, una de las más grandes de la industria, se ha trasladado a una plataforma virtual. Lo mismo sucede con el sector en general. Las usualmente vibrantes calles del este de Londres, desde Old Street a Canary Wharf y zonas aledañas, lucen por estos días vacías. Los londineses son los más reacios a dejar el home office y volver a las oficinas. El campus de Google está cerrado, nadie entra ni sale a cada minuto por las puertas del moderno edificio de coworking The White Collar Factory, ícono del sector y que reemplazó a Transworld House. Otros espacios de coworking también están vacíos o cerrados, y los cafés con “Wifi súper rápido” apenas alojan a un par de estudiantes.
Es parte del impacto de la pandemia, que sin embargo ha encontrado una resiliente industria tecnológica en Reino Unido. Según datos de TechNation, entre enero y mayo las startups levantaron unos US$4 mil millones de capital, el 39% para empresas de Fintech. Otra gran área, esperable en medio de la pandemia, es salud y biotecnología, seguida de educación.
Desde organismos oficiales como TechNation y London&Partners destacan la fortaleza de la industria tecnológica británica. También desde empresas “socias” de este cluster, como Google o Facebook.
Por estos días, Grierson piensa en alianzas y prepara la internacionalización de Thriva, en un ejemplo de que la pandemia pudo haber vaciado las calles de la “tech city” de Londres, pero no ha detenido sus negocios.